Enzo Vogrincic: “En Uruguay tenemos el capital humano para desarrollar cine a cualquier nivel"

En un mundo donde las historias de supervivencia despiertan fascinación, la película La Sociedad de la Nieve emerge como un relato conmovedor y emblemático, no solo por su trama, también por el trasfondo cultural y el esfuerzo detrás de su realización.

El filme, que recrea la historia del equipo de rugby uruguayo cuyo avión se estrelló en los Andes en 1972, está nominada a los premios Óscar como mejor película internacional y mejor diseño de maquillaje y peluquería. Dirigida por el español Juan Antonio Bayona y con locaciones y recursos técnicos uruguayos, se alzó con 12 premios Goya, incluidos mejor película, mejor dirección y mejor dirección de producción, además del galardón de mejor fotografía que fue a manos del uruguayo Pedro Luque.

En el epicentro de este fenómeno cinematográfico se encuentra Enzo Vogrincic, el actor uruguayo cuya interpretación de Numa Turcatti -el protagonista narrador de la historia y uno de los accidentados del vuelo- catapultó su carrera y con ella la visibilidad internacional de Uruguay, que ha logrado consolidarse como un centro de producción audiovisual de relevancia global. Esta evolución ha sido posible gracias a la fortaleza que desarrolló la industria cinematográfica local y a las políticas sostenidas que promueven la Agencia del Cine y el Audiovisual del Uruguay (ACAU) y la agencia de promoción de inversiones, exportaciones e imagen país, Uruguay XXI.

La trayectoria de Enzo Vogrincic en la actuación es una historia de decisión y buena fortuna. A los 15 años tuvo la certeza de que su vida estaría dedicada a la actuación. Con una convicción inquebrantable, reconoció que la EMAD era el lugar ideal para formarse en esta disciplina, a pesar de que nunca consideró el cine como un objetivo alcanzable en aquel entonces. Su carrera es un testimonio de la claridad con la que persiguió su vocación, una constante en su vida entre pocas certezas.

El viaje de Vogrincic hacia el éxito es un relato que él mismo describe como afortunado, marcado por coincidencias y oportunidades inesperadas. A pesar del talento y el esfuerzo, admite que el camino en la actuación está también pavimentado por factores aleatorios que guiaron su trayectoria en direcciones imprevistas. Esta suerte, dice, es la misma que lo llevó a formar parte de La Sociedad de la Nieve, que ya es una de las producciones más emblemáticas del cine español.

Su carrera profesional comenzó en el teatro, donde la Comedia Nacional le ofreció sus primeros papeles significativos. La oportunidad de un salto cualitativo llegó de la mano del director uruguayo Sergio Blanco, quien lo invitó a participar en "Cuando pase sobre mi tumba", una obra que no solo se estrenaría en Uruguay, sino que también giraría por Buenos Aires. Fue esta experiencia la que posibilitó que la directora de casting de La Sociedad de la Nieve lo viera y lo convocara al casting, abriendo las puertas hacia el rol de Numa Turcatti, el protagónico que lo llevará a disfrutar de la ceremonia de los Oscar.

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—La Sociedad de la Nieve puso el foco sobre Uruguay. ¿Qué significa para vos ser parte de este proyecto que no solo tiene éxito global, también cuenta una historia muy significativa para los uruguayos?

— Es lo que lo vuelve más especial de todo, porque me toca contar una de nuestras historias míticas. Yo creo que es esta y el Maracanazo. Es espectacular, porque para esta película estuve trabajando de esta profesión que tanto me gusta, pero a la vez contando algo que es nuestro, que nos toca, que tiene que ver conmigo, que tiene que ver con mi gente. Esto le da todo el sentido a la profesión.

Y es un proyecto que me da la oportunidad de estar en Los Ángeles o en Nueva York haciendo una conferencia y respondiendo en español y hablando sobre Uruguay. Es lindo porque la gente no conoce, se sorprende y descubre.

—¿Qué descubre y qué esperas que el público internacional entienda sobre Uruguay con esta película?

—Esta característica nuestra de la solidaridad, de cierta humildad, de ser cercano. Esto de que cuando salgo de casa siempre me cruzo con un conocido, todos los días, sí o sí. En las entrevistas les explico que Uruguay es una cosa muy cercana, que somos muy poquitos, apenas un millón y medio de personas en la capital, que es mucho más tranquilo. Esa tranquilidad, que yo la empiezo a descubrir y empiezo a querer de Uruguay a partir de viajar y conocer otros lugares.

En Montevideo tiene algo que no ocurre en otras ciudades, te permite pasar desapercibido, incluso ahora que es un momento un poco invasivo en mi vida, acá es bastante tranquilo.

—¿Crees que esta película pueda contribuir de alguna manera al cine uruguayo, a que arriben más contrataciones de servicios de producción, coproducciones al país o a difundir el talento de Uruguay?

—Sí. La producción de La Sociedad de la Nieve es de muy alto nivel, es de una exigencia que yo no había conocido. Tiene otra velocidad, es otro nivel de trabajo, es otro nivel de producción, son otros ritmos y, sin embargo, cuando vinimos a filmar a Montevideo, enseguida se puso a tiro. Ahí empecé a ver que la capacidad la tenemos perfectamente, tenemos el capital humano para poder desarrollar cine a cualquier nivel.

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UN CATALIZADOR PARA LA INDUSTRIA URUGUAYA

La Sociedad de la Nieve puede ser un catalizador para el cine uruguayo y para atraer coproducciones al país. La experiencia de recrear escenarios reconocidos de Uruguay, como el exaeropuerto de Carrasco, y el nivel de producción que se realizó en Uruguay, Argentina y Chile de la mano de la productora uruguaya Cimarrón, demostraron que Uruguay tiene el capital humano y técnico para desarrollar cine.

A través de su participación en La Sociedad de la Nieve, Vogrincic también comenzó naturalmente a ser un representante de Uruguay en el mundo, llevando la historia y cultura del país a audiencias internacionales.

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—¿Ves en el cine una herramienta poderosa para promocionar el país como un lugar en el que se puede venir a hacer producciones?

—El cine es poderoso en todo sentido, es realmente una herramienta de comunicación muy potente. Cuando está conectado con lo real, como en esta película, tiene un impacto muchísimo mayor, porque juega a nivel de la emoción, de conmoverte con algo que realmente ocurrió y te conecta con eso que estás viendo. En lo técnico Uruguay está muy bien, Cimarrón tiene unos recursos espectaculares y ellos filman mucho porque pueden llevar adelante rodajes complejos y sostenerlos.

Después creo que a nivel mundial hay un desconocimiento de la belleza que tiene nuestro país. Las posibilidades que tenés a nivel de paisaje para contar historias dentro de Uruguay son infinitas, son muchísimas. Hay un montón de lugares bellísimos que se pueden filmar y que son alucinantes, no solo en ciudad. Poder conocer estos lugares y mostrarlos a partir del cine creo que también es algo que puede atraer a la industria, saber que Uruguay tiene una belleza de paisajes.

—En diversas ocasiones has comentado sobre tu vínculo con la historia que cuenta La Sociedad de la Nieve, una narrativa profundamente arraigada en el corazón de los uruguayos. ¿Qué responsabilidad sentiste a la hora de interpretar tu rol?

—Mi responsabilidad es primero que nada con mi trabajo, eso siempre me lleva a trabajar en profundidad y a comprometerme con lo que sea que me toque contar. Pero la responsabilidad acá aumentó por otro lado, en el compromiso con lo real, en el de haber conocido a los hermanos de Numa (Turcatti), que me hayan mostrado su casa y me hayan contado las anécdotas de cuando era niño, cuando era adolescente, la responsabilidad de volver a revivir todo. De pronto tenía esa confianza con ellos, que se abrieron conmigo y que incluso a veces me llaman Numa.  

Mientras rodamos todo el tiempo pensábamos en lo especial que iba a ser el día que lo vieran los supervivientes y las familias. El compromiso fue más por ahí, con la familia, con lo real, con saber que esa historia pasó, que alguien lo vivió y simplemente hay alguien del otro lado que está esperando que esto se cuente de la mejor forma posible.

—¿Imaginabas que la película iba a tener esta repercusión en Uruguay y a nivel internacional?

—Cuando me enteré de que iban a filmar una película sobre esta historia, me dije ‘está es de esas películas en las que hay que estar’. Contar esta historia es espectacular, la conocía, sabía lo potente que era y he visto a través de los supervivientes y de otras formas cómo conecta la gente con este relato, cómo se obsesiona. Cuando veíamos las tomas durante el rodaje sabíamos que iba a estar bueno y había una sensación en el set de que estábamos filmando algo realmente especial. Un poco me imaginaba, porque además estaba Netflix, que lo iba a masificar a 190 países. Así que la historia, más (Juan Antonio) Bayona, más Netflix, evidentemente no había otro camino posible que no sea la masividad.

—Fue masivo, pero además el fanatismo adquirió unas dimensiones extraordinarias.

—Surreales. El otro día me llegó un vídeo en el que hicieron un muñeco mío de cartón y lo trasladaron para el cumpleaños de alguien, cosas que empezaron a convertirse en algo medio delirante. Muñecos, remeras, merchandising casero, hecho por la gente.

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Uruguay se ha posicionado como un hub audiovisual de primer nivel, ofreciendo locaciones versátiles y una diversa población para casting. Con iniciativas como el programa de Cash Rebate, que reembolsa hasta 25% de los gastos elegibles, y la exoneración del IVA, Uruguay ha logrado atraer a plataformas internacionales, incluidas Disney, Amazon Studios, HBO y Netflix.

La infraestructura fílmica avanzada y el talento local, junto a una política favorable para negocios internacionales, son promovidos bajo la marca Uruguay Audiovisual. Recientemente el director ejecutivo de Uruguay XXI, Sebastián Risso, junto con el presidente de ACAU, Facundo Ponce de León, presentaron también las submarcas, Uruguay Films, Uruguay Film Commission y Uruguay Video Games, que prometen fortalecer aún más la vibrante industria audiovisual del país.

Tras el éxito de La Sociedad de la Nieve, Vogrincic se encuentra en un momento crucial de su carrera. No obstante, opta por concederse un respiro hasta la ceremonia de los Óscar para digerir completamente esta vivencia singular antes de embarcarse en futuras aventuras. Ahora, con la mirada puesta en el futuro, resta ver cómo le irá a la película en los premios y si nuevamente Uruguay llega a la cima en la industria cinematográfica, aunque el camino ya demostró estar colmado de triunfos.

*Créditos de las fotografías en esta nota: Germán Romani y NETFLIX.