Uruguay se posiciona a la vanguardia de la utilización de energías renovables

Uruguay se encuentra transitando una fuerte y exitosa transformación en materia de política energética, gracias a un marco institucional y regulatorio adecuado que avanza junto a la implementación de esta política a largo plazo.  

Entre 2017 y 2020, el 97% de la generación eléctrica del país se originó de fuentes renovables, ubicándolo como líder a nivel mundial junto con Dinamarca, Irlanda y Portugal. Además, se convirtió en un exportador neto para la región. 

La agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA) destacó el modelo de promoción y estímulo de Uruguay y recalcó el éxito de incorporar la fuerte participación privada en la inversión a través de innovadores esquemas de promoción. 

Estos grandes logros alcanzados se pueden apreciar en la diversificación de la matriz energética, la seguridad de autoabastecimiento y la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles.  

Esta política energética se alinea con la preocupación unánime demostrada a fines de 2019 en la Conferencia de las Partes número 25, en la cual participó Uruguay y adhirió al compromiso de contribuir a la mitigación de la emisión de gases invernadero.  

La primera etapa de la transformación de Uruguay se sustentó en un modelo de colaboración público-privado en el cual el sector público tuvo un rol de coordinador del sistema administrador del esquema de subastas, generando certezas a los inversores nacionales e internacionales. 

De aquí en más, Uruguay se embarca en el desafío de avanzar en la segunda etapa de la transición energética en la cual destacan múltiples objetivos, muchos sobre los cuales ya se encuentra trabajando, como el desarrollo de una economía de hidrógeno verde, electrificación directa de los usos finales, consolidar una red eléctrica inteligente (Smart Grid) que permita coordinar eficientemente oferta y demanda. También, continua en la línea de incorporar tecnologías para el almacenamiento de energía, la incorporación de fuentes renovables en la matriz, el análisis de cara a lograr la valorización energética de los residuos sólidos urbanos, entre otros.  

A su vez, el mercado de bonos verdes mostró un importante crecimiento en el mundo los últimos años. Este tipo de bonos consiste en emisión de deuda por instituciones públicas o privadas para el desarrollo de proyectos medioambientales o relacionados con el cambio climático. En este marco, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y especialmente la Ministra de Economía que encabeza el comité de desarrollo del Banco Mundial, diseña actualmente un bono soberano sostenible vinculado a la temática ambiental que permita financiar algunos de los objetivos estratégicos.  

El país cuenta con décadas de desarrollo sostenido, marcos regulatorios sólidos y adecuados, estabilidad política, solidez macroeconómica e incentivos fiscales para el desarrollo de proyectos a gran escala de producción de hidrógeno verde y derivados.  

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